Arquitectura regionalista

corriente arquitectónica

La arquitectura regionalista es una corriente arquitectónica que aparece en España en un periodo que comprende finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Corre pareja a otras corrientes historicistas en las que se emplean, a modo de recuerdo evocador, modelos arquitectónicos del pasado. En muchos casos es entendido como un historicismo localista.[1]​ Se caracteriza por plasmar arquitectónicamente una característica estética de un lugar. A comienzos de siglo XX la arquitectura española se encontraba en pleno debate de elegir un estilo arquitectónico que diera una identidad nacional. Entre estos debates existían ejemplos de arquitecturas que buscaban igualmente la identidad de las regiones de España.[1]​ La tendencia dominante de esta corriente se mostró durante el primer cuarto del siglo XX y finalizó con la guerra civil española.

La plaza de España de Sevilla es uno de los mejores ejemplos de arquitectura regionalista en el sur de España.

Historia

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La idea era la de plasmar arquitectónicamente la esencia artística de las regiones. Uno de sus promotores iniciales fue el arquitecto e historiador de la arquitectura Vicente Lampérez y Romea, presidente de la Academia de Arquitectos Españoles.[2]​ Surge como rechazo al modernismo arquitectónico. La acepción tuvo diferente difusión en las regiones españolas. En cada caso se adoptan estilos populares arquitectónicos, bien sea inspirándose en la estética lugareña o regional (bien sea en el estilo constructivo como en la ornamentación), bien sea mediante el empleo de los materiales constructivos. La Exposición Universal de París de 1900 expuso en el Pabellón Español (diseñado por José Urioste) lo que sería un primer intento nacional de marcar una tendencia estilística.[3]​ Dando lugar a un neoplateresco inspirado en elementos constructivos de palacios salmantinos.

Alcanza su punto álgido en la exposiciones internacionales de 1929: la exposición Iberoamericana de Sevilla,[4]​ y la internacional de Barcelona.[5]​ El primero dio lugar a un ensalzamiento del regionalismo historicista en Andalucía, así como de otras regiones españolas.

Expresiones regionalistas

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Como cabe pensar cada una de las corrientes regionalistas tuvo un desarrollo particular en cada región. En cada uno de los casos se establecen precursores y detractores:

Modernismo catalán o modernisme

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Cataluña: con inspiraciones desde la arquitectura histórica germánica a la persa. Su denominación geográfica se debe a su particular relación con Cataluña, que estaba intensificando sus características diferenciales dentro de la cultura española por razones ideológicas y socioeconómicas, tras el resurgimiento de la cultura catalana denominado Renaixença y en el contexto de un espectacular desarrollo urbano e industrial único en el sur de Europa en aquella época. Se desarrolla principalmente entre las décadas de 1880 y 1910. Este movimiento tiene lugar principalmente en las provincias de Barcelona y Tarragona, aunque sus arquitectos lo expanden a otras ciudades españolas como Comillas, Cartagena, Madrid, Melilla o Valencia (en estas dos últimas este movimiento creara su propia corriente diferencial).

Ejemplos notables

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Modernismo valenciano

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Comunidad Valenciana: tras el éxito en la Cataluña costera de un movimiento arquitectónico ostentoso, muchos arquitectos valencianos estudiaron en Barcelona y fueron discípulos de Antoni Gaudí o Lluís Domènech i Montaner e importaron el estilo, sin embargo muchas de las obras realizadas en la Comunidad Valenciana tienen clara influencia del movimiento Vienés Sezession.

Ejemplos notables

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Regionalismo historicista andaluz

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Andalucía: consiste en la renovación de un pasado artístico, inspirándose especialmente el mudéjar y el barroco, considerado como glorioso. En función de las provincias se desarrollaron diferentes tendencias dentro del regionalismo: en Sevilla y Córdoba se dio el neomudéjar en su corriente andaluza, característico por el abundante uso del azulejo, liderado fundamentalmente por arquitectos como Aníbal González, Juan Talavera y Heredia y José Espiau y Muñoz, en Cádiz y Huelva el neocolonialismo y en las provincias de Almería, Granada, Málaga y Jaén el historicismo ecléctico.

Ejemplos notables

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Villa Estrella, en Segovia, edificada en 1925

Véase también

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Referencias

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  1. a b José Andrés Gallego, (1982), Revolución y restauración, 1868-1931, Ed. Rialp, Volumen 1, pág. 173
  2. En sus artículos "Desde Madrid" publicados en la revista "Arquitectura y Construcción".
  3. Bueno Fidel, Mª José (1979). Universidad de Maĺaga, ed. Arquitectura y nacionalismo: (pabellones españoles en las exposiciones universales del siglo XIX) (primera edición). Málaga: Colegio de Arquitectos. pp. 93-102. 
  4. Cabeza Méndez, José María (2004). La Exposición Iberoamericana de Sevilla y los aparejadores. Sevilla: Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Sevilla. ISBN 84-95278-58-8
  5. Rodolfo Ucha Donate, Bernardo Giner de los Ríos, (1980), 50 años de arquitectura española, Adir, pág. 222-225
  6. Rodriguez Llera, R.: Arquitectura regionalista y de lo pintoresco en Santander (1900-1950)
  7. Rey, Raquel Moratilla (15 de enero de 2020). «Manuel Fernández Fernández - Nuevo S.O.S “Villa Estrella” | El Adelantado de Segovia». Consultado el 17 de marzo de 2023.